Yenni, un ángel para los niños de La Divisa, en San Javier

Yenni Martínez nació en San Javier y desde hace ya más de 18 años, junto a su compañero de trabajo, Camilo Andrés Castañeda, creó la […]

Yenni junto a (de izq. a der.) Andrés Castañeda, Diego Castañeda, Sara Castañeda, Deisi Jiménez y Johana Muñoz, con quienes saca adelante el comedor. / FOTO: MANUEL SALDARRIAGA.

Yenni Martínez nació en San Javier y desde hace ya más de 18 años, junto a su compañero de trabajo, Camilo Andrés Castañeda, creó la corporación ‘Sembrando paz y esperanza en las comunas’ para que los niños y jóvenes del sector La Divisa tuvieran oportunidades y una opción para salir adelante.

Fue así como nació la escuela de fútbol y después, con una amigo italiano, llamado Simone Piccini, levantó un salón en el que extranjeros que venían de visita daban clases de otros idiomas gratis o se reunían para hacer actividades con los niños.

Gracias a las donaciones esta mujer puede sacar adelante el
comedor. /FOTOS: MANUEL SALDARRIAGA.

Lo que ella no se imaginó es que ese espacio después le serviría para otra labor más admirable.

En marzo, Yenni se encontró en el Metrocable con uno de los jóvenes de la fundación. Entre lágrimas, el muchacho le contó que llevaba 2 días sin comer.

“Yo llevaba una bolsa con un revuelto en la mano y se lo di, pero me quedé pensando cómo hacer para ayudarlo. Llegué a la casa, hablé con mi hija y se me ocurrió llamar a una de las personas que nos había ayudado antes en la fundación para que recogiéramos un mercado”.

Recordó.

Las buenas noticias llegaron al poco tiempo. No fue solo uno, fueron 180 mercados que repartió en el barrio.

Y como la idea era poder seguir ayudando, se fue por todo el sector, hasta los lugares más alejados y de más difícil acceso y caracterizó a quienes, para ella, necesitaban más de su atención.

168 personas se benefician de la comida que sirven diariamente.

Así fue como nació la idea y el salón, en el que antes daban clases gratis, lo convirtió en un comedor en el que al día, y siguiendo con todos los protocolos de bioseguridad, ella, sus hijos y algunos amigos, cocinan ya sea el desayuno, el almuerzo o la comida para 168 personas, la mayoría menores de edad.

Yernni nació y aún vive en San Javier, donde hace 18 años
creó la corporación. / FOTO: MANUEL SALDARRIAGA.

Todo lo hace con donaciones de amigos y conocidos que la ayudan con esta labor.

“Tratamos de que todos los días tengan algo qué comer. Hay semana enteras que todos los días hay, otras veces son dos o tres veces por semana, dependiendo de la comida que tengamos, sino, al menos una colada o un pan con chocolate”.

Dijo.

Es el caso de Laura y sus hijas. Ella, quien también vive en La Divisa, dice que hay días que se ve a gatas para levantarse la comida, por lo que la labor de Yenni ha sido toda una bendición.

“Y no es cualquier comida, es muy buen almuerzo con su carne, su jugo el que reciben las niñas y a veces, yo voy y también me dan”.

Comentó Laura

El primer almuerzo se sirvió el 17 de marzo y gracias al apoyo de quienes no la dejan sola, durante más de 4 meses ha podido sacar adelante el comedor que bautizaron ‘El Fogón de la esperanza’, con el que esperan seguir saciando el hambre de quienes la pandemia les ha dado más duro.