“Una empresa en la que te respeten tu opinión es lo mejor”

Más de la mitad de la vida de Asdrúbal de Jesús Hurtado Sánchez, de 48 años, ha transcurrido en un mismo lugar: Socoda, la empresa […]

Asdrúbal Hurtado está muy satisfecho de su trabajo en Socoda. /FOTO: CAMILO SUÁREZ.

Más de la mitad de la vida de Asdrúbal de Jesús Hurtado Sánchez, de 48 años, ha transcurrido en un mismo lugar: Socoda, la empresa que cuando apenas tenía 19 años lo recibió el 3 de noviembre de 1991, y en la que espera terminar sus días laborales porque no hay un sitio donde lo hagan más feliz.

Nació en Medellín y vive en el barrio La Francia junto a su esposa Luz Elena y sus hijas Angie, de 20 años, y Carolina, de 14. Asdrúbal, además, tiene otro hijo, Mateo, de 21.

De vender periódicos a hacer cocinas

Sus primeros trabajos fueron como vendedor del periódico El Colombiano cuando estaba en bachillerato, luego repartiendo volantes de publicidad para un arquitecto en el centro de Medellín y además estuvo en un taller de mecánica industrial, donde aprendió el oficio que hoy desempeña.

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En esa búsqueda laboral se encontró con Socoda. Fue mediante una temporal que estuvo contratado en sus primeros siete meses contando desde el 3 de noviembre de 1991 hasta que se dio su vinculación el 3 de junio de 1992. Lo dice con fechas exactas, como una marca indeleble que le ha dejado su paso por esta compañía.

Su primera tarea fue ser auxiliar de prensa de embución y al cabo de tres meses pasó a operar una prensa en estampado. Sin embargo, lentamente fue acercándose al área de los talleres industriales, ya que poseía algunos conocimientos producto de ser un bachiller técnico industrial.
Esto le valió para ayudar en algunos montajes y seguir su ruta en la empresa por el departamento técnico como montador.

/FOTO: CAMILO SUÁREZ.

Más conocimiento, más crecimiento

Para mejorar sus aptitudes profesionales, Asdrúbal quiso capacitarse y se inscribió en el ITM para estudiar tecnología electromecánica. También realizó cursos en el Sena de troquelería, fabricación de moldes, motores e instalaciones de redes eléctricas y residenciales.

Esto le permitió seguir creciendo en la empresa y pasó a ser supervisor, pero lo que él quería era trabajar en el taller en montaje mecánico, así que habló con su jefe, pero tuvo que esperar un par de años para cumplir ese deseo.

La oportunidad surgió cuando llegó a Socoda una troquelería nueva –un molde– y Asdrúbal asumió como mecánico de esa máquina. Ese ha sido su cargo hasta la actualidad.

La confianza es clave

Asdrúbal cree que la clave para estar tanto tiempo en la misma empresa y mantenerse tan contento como lo está en su labor es la confianza que recibe de los directivos. Nunca, en los 29 años que ha estado en Socoda, ha tenido un retraso en el pago, ni siquiera de que avisen que pagan al día siguiente o situaciones similares.

“Eso nos da confianza y por eso es que hay tanta estabilidad en nosotros los trabajadores. Además en esta empresa los jefes que he tenido lo escuchan a uno, usted opina algo y le respetan sus opiniones, no hay imposiciones”.

Además, siente orgullo al saber que el trabajo que desempeña le ha permitido a su empresa ser líder a nivel nacional en el segmento de lavaplatos, cocinas integrales de acero inoxidable, mobiliario urbano y otros productos.

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Su trabajo le ha permitido alcanzar varios de sus sueños personales; la casa propia en la que dice vivir con comodidad en La Francia y también una casa de verano en el municipio de San Vicente. Su hijo Mateo está estudiando ingeniería biomédica en el ITM, Angie se graduó como auxiliar veterinaria y Carolina está terminando el bachillerato.

“Todo esto ha sido posible gracias a la estabilidad que le brindan a uno en la empresa, además de mi propio esfuerzo”, concluye Asdrúbal.

Un atleta con buen rendimiento

Otro orgullo para Asdrúbal ha sido el de representar a la empresa en algunas de las maratones de atletismo que se realizan en Medellín y el Valle de Aburrá.

Él ha tenido la fortuna de integrar los equipos corporativos de este deporte, incluso teniendo la posibilidad de entrenar junto a uno de los dueños, Camilo Gutiérrez. Su faceta como deportista la complementa jugando fútbol y montando en bicicleta.

Sebastián Aguirre.