Que la ciberdelincuencia no le amargue las fiestas

El doctor Bolsillo vuelve para hacer más seguro su fin de año

Doctor Bolsillo
Lucas Villegas, nuestro Doctor Bolsillo, le da consejos para que proteja su dinero.

Llega diciembre con su alegría, mes de parranda y muchas, muchas estafas. Si los delincuentes no paran en ninguna época del año, en el último mes parecen recargar baterías para hacerse su propia Navidad.

Y es que por estos días familias enteras planean viajes, compran regalos para los hijos, padres, tíos, hermanos y demás, y aprovechan la prima para adquirir, por fin, eso de lo que llevan rato antojados.

Lo cierto es que hay que andar a cuatro ojos para no darles espacio a los estafadores, que cada vez son más astutos para quedarse con lo ajeno.

En caso de perder su tarjeta, comuníquese con su banco de inmediato para que la bloqueen antes de que le hagan un daño mayor.

Desafortunadamente, las historias de personas que han saltado de la alegría a la tristeza por haber caído en estas redes son más frecuentes. Es que imagínese pasar de tener dos millones de pesos para comprar sus aguinaldos a tener una enorme deuda y sin un centavo para celebrar como se debe.

Antecedente: Manéjese bien con sus deudas para que tenga las puertas abiertas al crédito

¡Pilas! No hay que dar papaya

Aunque se considere muy cuidadoso, nunca está de más tener mayores precauciones en diciembre. Además del cuidado básico como andar con su bolso adelante y no colgado a la espalda como muchos acostumbran, póngale atención a los delitos a los que más recurren los ‘avispados’.

No es solo cuestión de efectivo

Que no cargue un montón de billetes no lo hace inmune al robo, pues las tarjetas de crédito y débito son bastante apetecidas gracias al incremento de su uso durante las festividades. De hecho, 2 de las estrategias más empleadas en esta temporada tienen que ver con la astucia de estos personajes para conseguir su cometido.

La primera de ellas es el cambiazo de tarjeta en la que prima la ingenuidad del usuario y la habilidad del ladrón.

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¿Alguna vez ha visto a un adulto mayor con problemas en un cajero y un ‘buen samaritano’ ayudándole a resolverlo? Pues, aunque a veces puede ser, efectivamente, una persona amable y solidaria, muchas tras
puede tratarse de un ágil estafador
que, en un movimiento casi imperceptible, se quedó con la tarjeta y, por supuesto, con la clave. En solo unos cuantos minutos, incluso antes de que el dueño se entere, le ha vaciado su cuenta.

Para no engrosar el número de víctimas, recuerde que ni por nada usted debe compartir sus datos por ningún medio y que las entidades bancarias no le pedirán esta información. Es mejor pasar por desconfiado que caer en la trampa.

Ojo a las transacciones

La necesidad de un dinerito extra puede hacerle caer en esa tentación en la que se convierten decenas de anuncios en internet. Le ofrecen, además de gangazos imperdibles, la oportunidad de un préstamo que lo sacará del afán. El problema es que se trata, muchas veces, del denominado fishing, la modalidad de páginas falsas para acceder a sus datos o de hacer que usted pague por el tal desembolso. Como quien dice, uno necesitando plata y del otro lado pidiéndole.

Ojo pues, que de eso tan bueno no dan tanto! La mejor forma de protegernos es aprendiendo a identificar y prevenir las estafas más comunes en esta temporada.

La recomendación sigue siendo la misma: tome medidas, verifique la URL, digite usted mismo la dirección y por ninguna razón dé sus claves. En caso de pagos en línea, hágalo en portales reconocidos.

El dolor del fleteo

Una de las modalidades más peligrosas es el muy conocido fleteo. Se trata de un seguimiento que los delincuentes hacen cuando usted debe hacer un retiro considerable de efectivo. Siguen a su víctima, para luego quitarle la plata en un lugar apartado. Como si fuera poco, suelen recurrir a la violencia para cumplir su cometido.

Lo mejor para disminuir el riesgo es intentar hacer transferencia y, en caso de extrema necesidad, buscar acompañamiento, un servicio que ofrece gratuitamente la Policía Nacional. Si no tiene de otra, trate de ser lo más prudente posible: no comente el movimiento que hará, no hable por teléfono del tema y no se haga ‘amigos’ en la fila.

Recuerde, es mejor prevenir que lamentar. Busque curarse en salud para no pasar de cantar ‘llegó diciembre con su alegría’ a entonar ‘ay, maldita Navidad’.

El dato

Si es víctima de alguno de estos casos de estafa, denúncielo al 123 de la Policía Nacional.

Lucas Villegas / doctorbolsillo@qhubo.com.