“No les digo adiós, sino un hasta luego porque la vida no es comprada”: la despedida del colombiano al que le aplicaron la eutanasia

A las 2:30 de la tarde de este viernes, 7 de enero, salió don Víctor Escobar desde su vivienda ubicada en el barrio Mojica, al […]

A las 2:30 de la tarde de este viernes, 7 de enero, salió don Víctor Escobar desde su vivienda ubicada en el barrio Mojica, al oriente de Cali, con dirección a la clínica en donde su procedimiento de eutanasia se convirtió en realidad.

Tras años de lucha y varias dificultades en los últimos meses para lograr cumplir su último deseo, el paciente llegó a la IPS, cuyo nombre fue reservado para evitar inconvenientes con personas que estuvieran en desacuerdo con este hecho.

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La información fue confirmada por su abogado Luis Giraldo Montenegro, quien detalló que Escobar solamente estuvo acompañado por sus hijos en sus últimos minutos de vida.

“No les digo adiós, sino un hasta luego, porque la vida no es comprada, poco a poco nos va llegando el turno a cada uno y poco a poco nos iremos encontrando donde Dios nos tenga”, dijo Víctor en su último momento junto con sus seres queridos, que fue grabado en un video que fue divulgado a través de redes sociales.

El hombre, admirado por muchos por su fortaleza y criticado por quienes consideran que la decisión va en contra de la moral religiosa, murió dignamente luego de haber tenido 2 accidentes cerebrovasculares y tener una movilidad limitada, además de padecer de EPOC, enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

Una hecho que cambia la historia

La importancia del caso radica en que el ciudadano se convierte en la primera persona en recibir la eutanasia en Colombia por una enfermedad no terminal, pero sí incurable, luego de mantenerse bajo tratamiento paliativos por años, abriendo paso con una sentencia de la Corte Constitucional a otros posibles casos similares.

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Aunque inicialmente se había programado una rueda de prensa, don Víctor prefirió pasar el último día de sus 60 años de vida al lado de sus seres queridos y en tranquilidad.

“Se logró llegar al objetivo, a que pacientes como yo no terminales, sino pacientes degenerativos llegáramos a lograr y ganar esta batalla, una batalla que abre las puertas para los demás pacientes que vienen atrás de mí y que en estos momentos desean una muerte digna”.

El caleño, que anteriormente se dedicaba a conducir vehículos de carga, hizo un llamado para que su pareja desde hace 15 años, Diana Nieto, tenga la oportunidad de conseguir un empleo, preferiblemente en el área de confecciones, para continuar sosteniéndose tras su partida.

 

Con una cazuela de mariscos, don Víctor compartió sus historias que ahora serán plasmadas en un libro que marcará un antes y un después en la historia de la eutanasia en el país.

Con información de Q’HUBO Cali.