La idea original del Jardín Cementerio Universal era que allí tuvieran cabida todas las personas, pero con el tiempo se convirtió en el lugar de inhumación de aquellas de condición social más humilde. Es allí donde reposan cuerpos que provienen del Instituto Nacional de Medicina Legal como no identificados, o que habiendo sido identificados no fueron reclamados porque, en muchas ocasiones , murieron siendo habitantes de calle o personas en condiciones de vulnerabilidad.
Ahora la Alcaldía de Medellín invertirá 2000 millones de pesos en el fortalecimiento de la infraestructura y la operación del Componente de Dignificación Humana, a través del cual se acompaña a las familias de las personas dadas por desaparecidas en la ciudad, se facilita la búsqueda de sus seres queridos y se realizan actividades de prevención de esta vulneración a los Derechos Humanos.
Las obras están en etapa contractual e incluyen el mantenimiento general de la infraestructura, en especial de drenajes y andenes, la reparación de los muros de cerramiento con estudios de suelos, la dotación de placas de identificación en las fosas que no la tengan y la reparación de las que estén deterioradas. Además, se comprará una plataforma que permita la disposición de los cuerpos en los mausoleos y el trabajo en alturas.
La inversión también contempla la implementación de las medidas exigidas dentro de los requerimientos de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y acciones para apoyar las labores de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas.
En el Jardín Cementerio se encuentra el mausoleo Ausencias que se Nombran, que alberga cuerpos de víctimas de desaparición forzada y para el próximo año se proyecta construir uno nuevo que permita mejorar la capacidad del lugar, que tiene una extensión de 55.000 metros cuadrados.
El diseño del camposanto corrió por cuenta del arquitecto Pedro Nel Gómez y hoy está incluido en la Red Iberoamericana de Valoración y Gestión de Cementerios Patrimoniales. Está ubicado en el sector de Caribe desde 1943, cuando se inauguró oficialmente y se constituyó, en ese entonces, como el primer sitio de inhumación no católico disponible en Medellín.