La queja por locales que ya deberían tener dueño

En marzo 31 de 2000 se puso la placa en el Bazar de San Antonio, donde los venteros ambulantes del centro de Medellín tendrían la […]

El Bazar de San Antonio está ubicado sobre toda la avenida Oriental, entre Maturín y Bomboná. Cuenta con 241 locales comerciales. /FOTO: CARLOS VELÁSQUEZ.

En marzo 31 de 2000 se puso la placa en el Bazar de San Antonio, donde los venteros ambulantes del centro de Medellín tendrían la oportunidad de no aguantar más sol y agua, sino encontrar un local para ellos.

Lea también: Tiempo seco pronostica el Ideam en la mayor parte del país

Y el compromiso, según las actas de entrega, es que ellos serían los dueños de sus locales, siempre y cuando cumplieran con algunos compromisos, tales como el no subarriendo de los locales y que cumplieran con las obligaciones que salieran de los mismos, como por ejemplo la cuota de la administración.

Ya han pasado 21 años de la instalación de esa placa, pero 54 comerciantes son los que siguen ahora buscando que se cumplan esos compromisos, pues esta es la hora en que siguen en la pelea para tener las escrituras.

Uno de los afectados explica que “nos adjudicaron el local para pagar a 10 años, no podíamos cambiar de razón social, no podíamos subarrendar, teníamos que abrir y mantener las tipologías iniciales y uno después de esos 10 años ya podía hacerse dueño del local”.

Los comerciantes que aún no tienen la escritura deberán demostrar que sí han cumplido con lo pactado para buscar que se les avale el documento ante notaría. / FOTO: CARLOS VELÁSQUEZ.

Y por eso, tanto tiempo después, ellos se preguntan por qué, de los 241 locales que hay en el Bazar de San Antonio, son los 54 quienes aún están padeciendo estos trámites.

Indican que a algunos les llegaron las escrituras, pero al echarles ojo estaban con los nombres de los comerciantes, pero como si les adjudicaran un local en otro de los bazares que hay en Medellín y por eso les devolvieron el documento a la notaría.

Ahora bien, precisan que han sido tantos los trámites que “nos están carameleando con un montón de vueltas y no nos han dicho por qué no nos quieren entregar las escrituras, a sabiendas que esto ya nos debería pertenecer por derecho adquirido, desde el mismo momento que nos adjudicaron los locales”.


Qué dice la Alcaldía

Consultados sobre el tema, la Alcaldía de Medellín precisó que mediante el decreto 883 de 2015, “la Secretaría de Suministros y Servicios se subrogó en la función de administrar nueve (9) Centros Comerciales Populares”. Es más, en las escrituras consta que el Municipio de Medellín adquirió el derecho de dominio sobre este inmueble y por eso es que está revisando caso por caso.

De acuerdo con lo que se informó se analizaron 1300 expedientes con la información de igual número de venteros a quienes les adjudicaron los locales en diferentes bazares, revisando la información “familiar, socioeconómica, el intercambio de correspondencia y los documentos contractuales de los comerciantes que ocupan locales comerciales en los nueve inmuebles trasladados”.

Lea también: Tiempo seco pronostica el Ideam en la mayor parte del país

En el caso del Bazar de San Antonio y de los otros espacios, no hay información que permita establecer “la forma en que los comerciantes llegaron a ostentar y ostentan hoy la tenencia de los locales” y por eso se están acudiendo, con las inspecciones locales, para que cada uno de los comerciantes rinda descargos y demuestre que ha cumplido con lo pactado para lograr la tenencia y la propiedad del local adjudicado.

El asunto es que “en muchos de los casos revisados, han transcurrido al menos 10 o más años desde el momento en que se emitieron los actos, sin que las partes hubieren concretado las obligaciones contenidas en ellos, tales como el pago de las cuotas de la compra, entre otras”, lo que ha dificultado el proceso.

Por lo pronto entonces, lo que sigue es esperar el llamado de cada uno de los comerciantes que esperan por sus escrituras, quienes deberán demostrar que cumplen con las condiciones de trato del local y del pago de sus obligaciones, para ir saliendo caso por caso, y lograr en algún momento tener la tan anhelada escritura.