“La humildad te hace ser persona”

Dio la casualidad que el día que Diana ingresó a Banacol –hoy parte del conglomerado empresarial GreenLand–, la empresa estaba celebrando su aniversario número 30 […]

Diana tiene muy claro que el trabajo hay que hacerlo con pasión y mucho amor. /FOTO: EDWIN BUSTAMANTE.

Dio la casualidad que el día que Diana ingresó a Banacol –hoy parte del conglomerado empresarial GreenLand–, la empresa estaba celebrando su aniversario número 30 (en 2010) y le tocó compartir el festejo con todos sus nuevos compañeros.

Fue una coincidencia que su trayectoria allí iniciara con alegría, la misma que ella exhibe todos los días y por la cual se ha hecho notar en los equipos a los que ha pertenecido.

Ella es optimista por naturaleza y ni las dificultades que pasó junto a su familia han minado sus sueños. Nació en Yolombó, municipio del Nordeste antioqueño del que la violencia los desterró cuando ella estaba en su adolescencia. “Soy del campo, allí nací y crecí”, expresa.

Caucasia los recibió en primera instancia, y a sus 16 años arribaron a Itagüí, donde vive desde entonces –hoy tiene 40–. Dada la situación, Diana no pudo continuar con su estudio después de graduarse como bachiller, y se dedicó a trabajar en el sector de la confección. Pero tras algunos años, sus planes cambiaron. Quería cambiar de actividad y se mentalizó de que “nunca es tarde para estudiar”.

Se matriculó en una técnica en secretariado ejecutivo en una institución de Itagüí, y la práctica la realizó en la Fundación Corbanacol como auxiliar administrativa. Luego, por su buen desempeño fue vinculada en el área comercial.

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Casi 4 años después, con una experiencia en la que “pude desarrollarme en otra faceta de mi vida y aprender más a fondo sobre temas productivos y comerciales de la empresa”, Diana fue ascendida al Agrocentro de Banacol en Apartadó, y posteriormente regresó al área financiera en el Valle de Aburrá como asistente de cartera y facturación, que es su cargo actual.

“En esta empresa me he demostrado que con disciplina y constancia es posible llegar a obtener más conocimiento”, afirma.

Durante su trayectoria en la empresa tuvo la oportunidad de reforzar sus estudios al realizar la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Luis Amigó, lo cual le ha dado más herramientas para destacarse en su labor.

“Mi corazón está al servicio de mis compañeros”

Para Diana, una de las claves para ser reconocida en su empresa ha sido el de estar siempre al servicio de los demás: “la humildad te hace ser persona. Yo soy de las que si alguien me pide un favor, llevar un documento a otra área o cosas parecidas, lo hago. Tal vez por eso me hice conocer y aún lo hago”.

“Si alguien no sabe algo, yo no tengo reparo en desplazarme a su cubículo y guiarlo. Siempre lo he hecho y lo seguiré haciendo, eso me hace sentir bien”

Ella no olvida sus orígenes. Cuando estuvo en la celebración del trigésimo aniversario, en su primer día en la empresa como practicante, visualizaba cómo podría ser su futuro 10 años después y pensaba “qué tal que yo siguiera trabajando acá, si me quedo podría progresar mucho”. Le encanta poder estar en una organización que trabaja en el sector agrícola, tal como ella lo hacía en el campo durante su juventud en Yolombó. Hoy esa meditación es una realidad.

¿Qué le diría a la Diana que llegó como practicante a la empresa?

“Que valió la pena insistir y proyectarse, así lo viera solo como un sueño en ese momento. Desde pequeña quería estudiar, conseguir casa propia y darle bienestar a mi familia, y con la constancia pude realizarlo”.

¿Qué siente por su empresa?

“Siento mucha gratitud, acá he podido crecer laboral y personalmente y he contado con mucho apoyo, me han dado posibilidades de financiación, lo cual hace que el trabajador se motive más. Además me permitieron terminar mi carrera profesional”.

Sebastián Aguirre Eastman.