A John Jaime no le importaba salir de su casa antes de las 7:00 de la mañana, regresar a las 11:30 de la noche y tener que hacer en las madrugadas los trabajos del día siguiente para la universidad, pues él sabía que ese sacrificio era la única de hacer la diferencia.
Hoy, dice, se ven los frutos de ese esfuerzo. No niega que fue complicado, además porque él vivía antes en Girardota y el ITM, donde se graduó como Tecnólogo de Producción, tiene su sede en Robledo. Pero el apoyo que recibió en la empresa, tanto en tiempos como en auxilios económicos para pagar los semestres, fueron clave para superar cualquier obstáculo.
“Soy muy perfeccionista”
John Jaime tiene 37 años, nació en Medellín y ahora vive en Bello junto a su esposa Deicy. Se desempeña en el cargo de supervisor de producción en el área de Texturizado en Enka de Colombia, empresa a la cual ingresó el 7 de noviembre de 2003, gracias a una tía que laboraba allí, Gladys Jiménez.
Cuando se graduó como bachiller, en 2002, acompañó a un tío a recorrer el país con su empresa de educación continuada, pero tanto viaje lo cansó y buscó otra alternativa laboral.
Llegó a Enka como operario de producción. Era el responsable de limpiar y arrancar las máquinas. Su perfeccionismo, un rasgo personal que resalta, fue siendo notorio.
“Trataba de hacerlo todo bien y con buena calidad, y los jefes empezaron a notar la actitud con la que me presentaba al servicio”, señala.
En su evolución fue valiosa la ayuda que recibió de Óscar Alzate, un supervisor quien lo fue formando para que fuese su relevo el día que él estuviera ausente.
En ese momento John Jaime quería estudiar, y con el aval de la empresa, además del apoyo económico, inició con la tecnología. Cuando concluyó la carrera, tres años después, surgió una vacante para ser supervisor, se postuló y fue elegido. Se veían los resultados de una decisión difícil en lo personal, pero muy fructífera en lo laboral.
En esa posición ha permanecido los últimos años, destacándose por su interés en la mejora continua de los procesos. De hecho, el trabajo de grado que presentó en la Universidad fue ejecutado en la planta; se trató de un estudio de métodos y tiempos que tuvo efectos positivos en el rendimiento y el desempeño del personal.
Fue muy significativo para él ya que la presentación del proyecto la hizo ante unas 80 personas, y los comentarios fueron muy halagadores.
“Algo que le digo permanentemente al personal nuevo: en Enka aprendo cosas nuevas todos los días. Es una escuela gigante, y uno de los aprendizajes más grandes es el trabajo en equipo, hay mucha empatía entre las personas y se nota una unión familiar, todos queremos salir adelante, eso se nota”, afirma John Jaime.
¿Qué quisiera mejorar como profesional y como persona?
“Como persona creo que soy muy perfeccionista, y en ocasiones eso se me devuelve. Me gusta que todo sea muy preciso, y en algunas oportunidades noto que es complicado, incluso en cosas que hago me demoro mucho y no debería perder tanto tiempo. Soy muy estricto, me gusta la disciplina; donde los latinos tuviéramos la disciplina de los asiáticos, seríamos potencia, pero desafortunadamente perdemos tiempo en cosas que no van”.
Un consejo
“Miren por el camino indicado, estudiar sí hace la diferencia y yo lo noto. Antes de estudiar yo parecía un caballo sin rumbo, pero después uno ve las cosas de una manera muy distinta”.
¿Qué le diría al John Jaime que recién se había graduado del colegio?
“Que si hubiera tenido el apoyo del estudio, todo hubiera sido más fácil, pero en esa época era muy complicado. Yo pensaba más en ayudar a mi mamá y a mi hermana, Luisa Fernanda. Cuando comencé a trabajar, una de las condiciones que acordé con ellas es que yo quería pagarle el estudio a Luisa –hoy tiene 27 años–, quien ya se graduó como química farmacéutica, eso fue un logro gigante porque ella obtuvo el título en algo que quería y no tuvo que trabajar para conseguirlo.
“Por eso, al John Jaime de esa época le diría que trate de buscar las fuerzas o las herramientas para estudiar, creo que eso me faltó”.
¿Conoce personajes inspiradores para que contemos su historia?
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Sebastián Aguirre Eatsman.