“Dar es lo que más me gusta en lo que hago”

Laura nació en Medellín, tiene 23 años y desde este año está viviendo en El Peñol junto a su pareja, Julián Alzate, como parte de […]

Laura Cristina Yepes ha visto la pandemia por el coronavirus más como una oportunidad que como una amenaza. /FOTOS: JUAN ANTONIO SÁNCHEZ

Laura nació en Medellín, tiene 23 años y desde este año está viviendo en El Peñol junto a su pareja, Julián Alzate, como parte de un nuevo proyecto de vida en el que querían vivir fuera de la ciudad.

“Queríamos disfrutar la vida siendo jóvenes, no teníamos por qué esperar más. Ahora vivimos en una casa finca en la vereda Horizontes, en la que además montamos un emprendimiento de cabañas de alquiler”,

Desde El Peñol hasta Sabaneta, donde está la sede de Spin, ella viaja los días en que tiene que hacer presencialidad en la empresa, la cual combina con algunas jornadas de teletrabajo.

No ha habido mejor reconocimiento para Laura en su empresa, Silicatos para la Industria Spin S.A., que haber visto reflejado su trabajo en los resultados de la más reciente encuesta de clima laboral, en la que los colaboradores reportaron estar contentos y con menos niveles de estrés.

En ese ambiente ha tenido mucho que ver la gestión hecha por Laura desde su cargo como analista de Sistema de Gestión Integral, desde el cual, además de estar atenta de que la empresa se ajuste a los requerimientos de los sistemas de gestión de calidad, ambiental y seguridad y salud en el trabajo, se encarga de la gestión humana (excepto la vinculación de nuevo personal) y de las actividades de bienestar y cultura organizacional.

Laura completa dos años vinculada a Spin S.A. – empresa afiliada a Comfama– donde se fabrica y comercializa varios productos, entre ellos el silicato de sodio líquido, un producto químico utilizado para sellar cajas, tratar aguas y elaborar detergentes.

Una oportunidad

Para Laura, la pandemia por el coronavirus ha sido una oportunidad más que una amenaza, pues aunque sus responsabilidades se incrementaron al ser la encargada del tema de seguridad y salud en el trabajo, la pasión con la que realiza su tarea la motivó a entregar su mejor versión para bien de sus compañeros y de ella misma.

La emergencia, dice, generó muchos cambios internos en la organización. Ella había propuesto, antes de que ocurriera este evento, que se diseñara un plan de trabajo en casa que no había sido aprobado, pero ante la crisis esta fue la primera opción para mantener al aire las operaciones.

“El panorama evidenció que trabajar en casa es una buena herramienta, que las personas siguen teniendo buenos resultados en su labor y que además pueden compartir más tiempo con su familia ya que ahorran tiempo en desplazamientos”.

Lejos de sorprenderla, la emergencia fue un aprendizaje constante para Laura. Hice cursos para saber qué tenía que hacer y cómo debía implementar los protocolos de bioseguridad y los planes de contingencia, para lo cual contó con aliados estratégicos y el acompañamiento de la ARL.

Sus logros

Laura quería ser médica –”a veces todavía quiero”–, pero por circunstancias de la vida estudió otra cosa, aunque relacionada con el sector salud. Se graduó como administradora de salud con énfasis en gestión sanitaria y ambiental en la Universidad de Antioquia, e hizo una especialización en seguridad y salud en el trabajo en la Universidad CES.

Previo a su arribo a Spin, Laura estuvo laborando en Cartón de Colombia y de manera independiente estuvo –aún lo hace– asesorando a algunas empresas en la implementación de sistemas de gestión.

En Spin es la responsable de estas áreas, pero además se encarga de organizar todas las actividades de bienestar en su planeación y ejecución. Ella, por ejemplo, es quien llama a Comfama, gestiona los ingresos a los parques o las atenciones con los profesionales de la salud.

Una satisfacción

“Me encanta trabajar por y con las personas, soy el referente para los trabajadores en las necesidades que tengan en temas intra y extralaborales. Nadie depende de mí, pero todos tienen que ver conmigo”, expresa Laura.

Su tarea es muy valorada por sus compañeros, dado que ella es la responsable de que salgan bien las actividades como los eventos de clausura en días especiales como el del padre o la madre, incluso es ella la que escoge qué regalos y qué sorpresas se deben dar.

“Dar es lo que más me gusta en lo que hago, es es el mejor reconocimiento que puedo tener. Cuando un compañero me dice ‘usted tan querida’, es un símbolo y una muestra de agradecimiento”, expresa.

Una gratitud

No niega que cuando se presentó el primer caso del virus en la empresa se estresó, pero esa preparación previa le permitió darle el manejo adecuado, concientizar a las personas de la necesidad de ajustarse a las normas, de ser responsables con su aplicación, y eso les ha permitido no tener ningún caso desde hace tres meses.

“Todos hemos aprendido, hay gente que piensa que nunca nos iba a tocar, pero el coronavirus, al menos en mi caso, me ha servido como proceso de gratitud para valorar mi empresa, mi familia y lo que tenemos como organización, ya que no nos vimos afectados ni tuvimos que tomar decisiones drásticas como otras empresas”, señala.

Laura aplicó su premisa de vida: cuidar y proteger la salud de los demás.

Sebastián Aguirre.