EN VIDEO: Se nos fue el maestro Rubby Pérez, la voz que inmortalizó ‘Volveré’

El merengue está de luto, Latinoamérica entera está de luto... este miércoles, 8 de abril, la alegría de la música tropical se nubló con la partida terrenal de un grande, de un ciclón de sabor: Rubby Pérez. El artista dominicano, la voz inconfundible de clásicos que nos hicieron bailar y enamorarnos, nos dejó de la manera más inesperada y dolorosa: mientras hacía lo que más amaba, cantar, en un trágico colapso en la discoteca Jet Set de Santo Domingo.

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La noche prometía ser una fiesta, una de esas noches donde el ritmo contagioso del merengue nos hace olvidar las penas y mover el esqueleto sin parar. Pero el destino, a veces cruel e incomprensible, tenía otros planes. El techo del lugar, en plena presentación del maestro, se vino abajo, llevándose consigo la alegría y, lamentablemente, la vida de Rubby y de muchas otras personas. Las cifras son escalofriantes: más de cincuenta almas perdidas y un centenar de corazones heridos.

Recordar a Rubby Pérez es recordar una vida llena de pasión y superación. Roberto Antonio Pérez Herrera, nacido en Bajos de Haina en 1956, soñaba con las grandes ligas del béisbol. Imagínense, el Ciclón del Merengue con un bate en la mano, pero un accidente truncó ese sueño deportivo, aunque abrió las puertas a una leyenda musical. La música lo abrazó, y él la conquistó con su voz potente y melodiosa.

Su talento lo llevó a formar parte de dos pilares del merengue: primero, la orquesta de Fernando Villalona en los ochenta, y luego, la inigualable orquesta de Wilfrido Vargas. Ahí fue donde despegó como un cohete, temas como ‘El Africano’ y, cómo no, esa canción que se nos mete en el alma, ‘Volveré’, lo catapultaron a la fama internacional, convirtiéndolo en una de las voces más queridas del Caribe. Él mismo decía que trabajar con Vargas fue como ir a una universidad del ritmo, donde aprendió la disciplina y la entrega que lo acompañarían en su exitosa carrera como solista.

Rubby se ganó el cariño y el respeto del público no solo por su voz privilegiada, sino por su entrega total en cada escenario, por esa autenticidad que contagiaba. Verlo cantar era una fiesta en sí misma, y la vida le tenía preparada una merecida ovación en marzo pasado, cuando la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) le otorgó el Soberano al Mérito, un reconocimiento a sus décadas de trayectoria y a ese legado musical que ya es parte de nuestra historia. “Gracias del alma”, dijo conmovido en una de sus últimas entrevistas. Quién iba a pensar que esas serían sus palabras de despedida.

Hoy, el mundo artístico está de luto. Se nos fue un grande, un maestro que nos hizo bailar, cantar y hasta suspirar con sus canciones. Su voz, aunque silenciada por la tragedia, resonará por siempre en la historia del merengue y en el corazón de todos los que alguna vez sentimos la alegría de su música. Rubby Pérez se fue haciendo lo que amaba: cantar. Y aunque nos prometió “Volver”, hoy nos deja un vacío inmenso, pero también un legado musical imborrable, su voz seguirá viva en cada fiesta, en cada recuerdo, en cada corazón que alguna vez vibró al ritmo de tu merengue.

Otros fallecidos a causa del desplome

La tragedia en la discoteca Jet Set no solo se llevó la voz de Rubby Pérez, sino también la vida de otras figuras destacadas, enlutando al deporte dominicano. El exlanzador de Grandes Ligas, Octavio Dotel, de 51 años, fue rescatado con vida tras permanecer once horas entre los escombros, pero lamentablemente falleció al recibir atención médica. Dotel, quien jugó para 13 equipos durante sus 15 años de carrera en la MLB, dejó un legado imborrable en el béisbol.

Otro expelotero que perdió la vida en el colapso fue Tony Blanco, de 43 años, quien también tuvo una trayectoria en el béisbol profesional. Además, la gobernadora de Montecristi, Nelsy Cruz, hermana del también beisbolista Nelson Cruz, se encuentra entre las víctimas fatales. Estas pérdidas se suman al profundo dolor por la partida de Rubby Pérez, dejando un vacío aún mayor en la comunidad dominicana.

El legado imborrable del Ciclón: Top 5 de sus canciones más famosas:

- ‘Volveré’: esa promesa que hoy nos duele tanto... Una canción que se convirtió en un himno del merengue romántico, con esa melodía inconfundible y su voz llena de sentimiento.

- ‘Buscando tus besos’: un clásico que nos ponía a bailar pegaditos, con ese ritmo sabroso y esa letra que nos hablaba de la búsqueda del amor.

- ‘Dame veneno’: un tema con sabor y picardía, ideal para esos momentos en que el despecho se baila con fuerza y sin rencor.

- ‘Enamorado de ella’: una balada merenguera que nos llegaba al alma, con esa voz sentida que nos hablaba de un amor profundo y sincero.

- ‘El Africano’: un clásico de su época con Wilfrido Vargas que puso a bailar a todo el continente, un ritmo frenético y una letra pegadiza que se quedaron en nuestra memoria.

Con información de Colprensa.

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