Chalo le puso magia al estudio y se graduará de artes en la U. de A.
Tras 5 años de sacrificios y mucho esfuerzo recibirá su diploma.
A sus 57 años Gonzalo Humberto Rojas Puerta, cuentaba las horas que lo separaba de las 4:00 p.m. del 4 de diciembre, cuando recibirá el cartón que lo acredita como licenciado en Artes Escénicas de la Universidad de Antioquia.
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Lleva más de media vida como mago, faceta en la que se ha ganado la vida. El nacido en Cisneros, Nordeste antioqueño, recordó que “toda la vida soñé con ser mago. Desde niño mi mamá (Nelly) me decía que yo me escondía un pañuelo debajo del brazo y decía al momentico, ya apareció”.
La pobreza no fue impedimento
Aunque su condición humilde reñía con sus aspiraciones, pues los elementos de los magos siempre han sido costosos, él nunca se dio por vencido: “En ese tiempo el kit de magia valía 200 pesos, por lo que papá (Ricardo) me dijo hasta acá le duró la carrera, pues no había con qué comprarlo, igual yo seguí con la idea”.
Sus primeros estudios le tocó hacerlos por correspondencia. Jorge Loaiza, un reconocido mago de la época le mandaba hasta Cisneros algunos trucos.
Aseguró que nunca vio la magia como un negocio. Sin embargo, con el pasar de los días, vio que esta es una buena alternativa para subsistir y sacar a su familia adelante, como en efecto lo hizo, tanto así que lo ha llevado a hacer presentaciones en Estados Unidos, Chile, Venezuela, Panamá y Guatemala, entre otros países.
Un ejemplo
Chalo, como es conocido en el mundo de la magia, enfatizó que con el título de licenciado en artes escénicas espera convertirse en un ejemplo para las nuevas generaciones.
Reconoció que estuvo a punto de tirar la toalla, pero en ese momento llegaron las voces de aliento que se convirtieron en impulso para continuar.
Dice que los tiempos de Dios son perfectos, porque de joven siempre quiso estudiar, pero siente que de haberlo hecho en ese momento hubiera declinado, pues a los 18 años fue papá y en ese tiempo tenía que estar concentrado cambiando pañales y consiguiendo los recursos para comprarlos.
Agradece a la U. de A, por abrir el programa de profesionalización, para los artistas empíricos y al Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia, la Secretaria de Cultura y la Gobernación de Antioquia, que los becó y costeó la carrera.
Igualmente, sacó pecho por el 4.55 de promedio con el que terminó su carrera, lo que lo ratifica como uno de los mejores estudiantes.
Ahora su objetivo es llegar “a los pelaos de los barrios y decirles venga les enseño teatro. La idea es compartir el conocimiento, que ellos conozcan el arte y puedan crecer gracia a él”.