Kambo: la red que torturaba ranas para vender veneno como medicina
La Policía tumbó una banda que sacaba veneno a ranas amazónicas para venderlo.
Una red que se estaba llenando los bolsillos vendiendo veneno de ranas amazónicas en Medellín, Bogotá y Cali fue desmantelada por la Policía Nacional.
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Lo que descubrieron las autoridades dejó a más de uno con la boca abierta: las ranas eran torturadas para sacarles su secreción y convertirla en tablillas de veneno que luego vendían como si fueran curativas.
La banda, conocida como Kambo, llevaba años moviendo este negocio ilegal, que según la Policía podía dejar más de 1.500 millones de pesos al año. No solo vendían en Colombia; también tenían contactos para mandar el producto a países de Europa.
Así funcionaba el negocio del veneno
De acuerdo con la Policía, los capturados usaban ranas del género Phyllomedusa, una especie que vive en la Selva Amazónica entre Colombia, Brasil y Perú. A estos animales les extraían la secreción de la piel mediante prácticas crueles, los dejaban estresados y muchas veces moribundos.
Con esa sustancia producían unas tablillas conocidas como ‘kambo’, que ofrecían como supuestos tratamientos de sanación, limpieza espiritual o fortalecimiento del cuerpo. Todo sin ninguna base médica ni respaldo científico.
Las autoridades también revelaron que varias personas habrían muerto tras usar este veneno durante rituales clandestinos que se promocionaban en redes de contacto privadas.
BBC News Mundo le puso la lupa a este tema y publicó un informe bien completo, en el que explica para qué usan este veneno, los peligros que representa, los riesgos de manipularlo y hasta los lugares exactos donde suelen extraerlo de las ranas.
Operación simultánea y capturas
En el operativo, liderado por la Dirección de Carabineros y Protección Ambiental, fueron capturadas cinco personas vinculadas a esta red. Se realizaron dos allanamientos, se incautaron cinco celulares usados para coordinar los envíos y se reconstruyeron las rutas que usaban para mover el veneno hacia las principales capitales del país.
El brigadier general Carlos Germán Oviedo Lamprea, comandante de la Policía de Carabineros, explicó que esta actividad no solo afectaba a la fauna amazónica, sino que además ponía en riesgo ecosistemas completos. La técnica de extracción altera el comportamiento natural de la especie y disminuye sus poblaciones en zonas delicadas.
Una alerta para la ciudadanía
La Policía insistió en que consumir este veneno es extremadamente peligroso y que el tráfico de fauna sigue siendo uno de los negocios ilegales más rentables del país.
También pidieron a la comunidad denunciar cualquier caso de venta o transporte de animales silvestres, para evitar que grupos como Kambo sigan lucrándose a costa de la naturaleza... y de la salud de la gente.
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